El consumo de khat en Europa

Consecuencias para la política europea
Drogas en el punto de mira Nr. 21
Nota del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT)
Julio de 2011

khat-drugsinfocus-sLas hojas de khat se cultivan en las regiones montañosas del Cuerno de África, en el sur de la península arábiga y a lo largo de la costa este de África. Desde hace siglos, en algunas partes del Cuerno de África mascan las hojas de khat debido a los efectos ligeramente estimulantes que, para muchos, constituyen un referente habitual de la vida en sociedad. Más recientemente, la masiva migración de poblaciones procedentes del Cuerno de África ha contribuido a extender el consumode khat a países limítrofes, a Europa y al resto del mundo.

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Algunos aspectos fundamentales

1. El khat contiene sustancias estimulantes con propiedades de tipo anfetamínico. Si bien en estado puro estas sustancias son objeto de un control internacional, no ocurre lo mismo en el caso de las hojas.

2. En Europa, no todos los países ejercen un control sobre el khat, situación que ha dado lugar a la existencia de un tráfico a la vez autorizado y no autorizado. Pese a la falta de información respecto al comercio internacional, el consumo y las incautaciones, el mercado europeo de khat parece encontrarse en fase de expansión.

3. Los principales consumidores de khat son los inmigrantes de primera generación originarios del África subsahariana, y hay pocos indicios de que la práctica se haya extendido a otras comunidades. La información sobre prevalencia, patrones y consecuencias de consumo es escasa. Un consumo excesivo puede provocar dependencia, así como riesgos para la salud somática y mental en personas por lo general sanas. Las personas ya aquejadas previamente de trastornos mentales son especialmente vulnerables.

4. El khat no concita unanimidad entre las comunidades de inmigrantes. Para algunos es un elemento que contribuye a reforzar la cohesión cultural, mientras que para otros plantea objeciones por motivos sociales y religiosos. Actualmente faltan datos avalados por la investigación sobre las consecuencias socioeconómicas del consumo de khat.

5. Durante las tres últimas décadas, el khat se ha convertido en una fuente importante de dividendos, ingresos y puestos de trabajo para los países productores del Cuerno de África.

Conclusiones y consideraciones relacionadas con la política

1. Su voluminosidad, la inestabilidad de sus sustancias activas y su modo de administración convierten al khat en una sustancia incompatible con las exigencias de los consumidores habituales de drogas en Europa. Por tanto, las posibilidades de extensión de su consumo al mercado de las drogas en general parecen limitadas.

2. Los mercados europeos de khat parecen experimentar una expansión, pero las fuentes de información son poco sólidas, lo que subraya la necesidad de mejorar su seguimiento. Disponer de mejores datos alimentaría el debate sobre la manera de abordar cuestiones como el tráfico transfronterizo, y evitaría la criminalización de un grupo social ya de por sí vulnerable. Además, ampliaría nuestra capacidad para comprender el modo de responder al consumo de drogas en las comunidades inmigrantes.

3. El khat lo consumen, fundamentalmente, las comunidades de inmigrantes en Europa. Conviene informar mejor a sus integrantes sobre las posibles consecuencias sanitarias, sociales y legales.

4. El consumo de khat puede dar lugar a problemas sanitarios y sociales. Los profesionales de la salud y los trabajadores sociales europeos deben ser capaces de identificar los perjuicios derivados del khat y de aplicar estrategias encaminadas a la protección de los grupos de consumidores vulnerables.

5. La significación económica del khat para los países productores ha aumentado, en parte a causa de la expansión del comercio con destino a la UE. La elaboración de políticas de desarrollo y control de estupefacientes para estos países requiere coordinación y una concienciación del potencial impacto de las medidas de control europeas.

6. El número de consumidores de khat parece ir en aumento en Europa y, sin embargo, la magnitud y la naturaleza del problema resultan muy desconocidos. Por tanto, se requieren estudios de investigación que permitan evaluar mejor el mercado de esta droga, la evolución de sus patrones de consumo y el alcance de sus consecuencias socioeconómicas y sanitarias.