Alianza latinoamericana antidrogas, plantea Perú
Jueves, 23 de septiembre, 2010
Expertos de organizaciones no gubernamentales (ONG) consultadas por IPS van más allá y consideran que justamente el fracaso en el combate antidrogas se debe a la política represiva impuesta por Washington a la región y reclaman que pasen a promover planes propios para enfrentar el delito. Ricardo Soberón, director del no gubernamental Centro de Investigación Drogas y Derechos Humanos, dijo que la última y sangrante expresión de ese fracaso es la militarización de la lucha antidrogas en México.
 
LIMA, 23 sep  (IPS) - Los países latinoamericanos  deben aliarse, sin distinciones de productores,  consumidores o de  tránsito, en una lucha frontal contra el tráfico de drogas, sostiene  Perú, que presentará a los gobiernos de la región una propuesta en ese  sentido en la primera semana de octubre.
La  capital peruana será anfitriona entre los días 4 y 7 del mes próximo de  la Vigésima Reunión de Jefes de Organismos Encargados de Combate al  Tráfico Ilícito de Drogas en América Latina y el Caribe, conocida como  Honlea, por sus siglas en inglés. 
 Rómulo Pizarro, presidente ejecutivo de la Comisión Nacional para el  Desarrollo y la Vida Sin Drogas (Devida), explicó a IPS que durante el  encuentro los responsables del sector revisarán algunos conceptos  relacionados con el combate al crimen organizado dedicado a todos los  segmentos del negocio ilícito de drogas. 
 "Mientras nos sentamos a discutir cómo enfrentar al narcotráfico, las  organizaciones criminales se transforman con una impresionante rapidez,  a veces adelantándose a las nuevas estrategias", explicó el llamado  "zar" antidrogas peruano, encargado de organizar la nueva edición de  Honlea. 
 "En la reunión analizaremos al narcotráfico como un fenómeno mundial,  globalizado, que exige una respuesta en la misma dimensión y más  rápida. Ya no podemos enfatizar la lucha en términos de países  productores y consumidores de droga porque el crimen organizado no hace  distinciones", planteó Pizarro. 
 "No solo hay que mirar a Estados Unidos en lo que respecta a la  definición de las políticas antidrogas, más aun si las tendencias  indican que la mayor parte de la producción de la cocaína se está  dirigiendo a Europa", explicó el alto funcionario.  
 "Somos los países latinoamericanos los que debemos forjar un  planteamiento desde nuestra perspectiva y convocar a la reunión de  esfuerzos", planteó. 
 Expertos de organizaciones no gubernamentales (ONG) consultadas por  IPS van más allá y consideran que justamente el fracaso en el combate  antidrogas se debe a la política represiva impuesta por Washington a la  región y reclaman que pasen a promover planes propios para enfrentar el  delito.  
 Ricardo Soberón, director del no gubernamental Centro de  Investigación Drogas y Derechos Humanos, dijo que la última y sangrante  expresión de ese fracaso es la militarización de la lucha antidrogas en  México.  
 "La tendencia militarista e intervencionista" le conviene a  Washington, pero "es una estrategia que ha fracasado en Afganistán y en  Colombia", afirmó antes de sumarse a las crecientes voces regionales que  indican que la salida pasa por legalizar el consumo. 
 "Una guerra que no puede ser ganada militarmente debe ser resuelta en  terminos economicos y Lima representa una oportunidad inmejorable para  desinflarla" en su escenario latinoamericano , reflexionó el  especialista.  
 Honlea es un foro de las Naciones Unidas que congrega a los máximos  responsables antidrogas de 34 naciones de la región, en que también  participan delegados de Canadá y Estados Unidos y de los demás  continentes del mundo, junto con representantes de ONG que se ocupan del  tema. 
 El último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra las  Drogas y el Delito  (ONUDD) indica que entre 2005 y 2010 los  consumidores de cocaína en el mundo subieron de 13,3 millones a 17,2  millones. Estados Unidos y Canadá constituyen la única área en que cayó  el consumo de cocaína, aunque por desplazamiento de otras drogas  ilícitas. 
 Pizarro detalló que hasta los años 90, tres cuartas partes de la  cocaína producida en Perú tenían como destino Estados Unidos y el resto  iba principalmente a Europa. Pero ahora la situación se ha invertido y  es Europa el mayor mercado. 
 "Sin embargo, gran parte de la cooperación antidrogas sigue siendo de  Estados Unidos. Necesitamos un aporte más decisivo de Europa", subrayó. 
 "Estados Unidos ha exportado su ‘guerra contra las drogas’ a América  Latina, condicionando su asistencia económica y beneficios de  intercambio a la colaboración con esta llamada guerra", dijo a IPS  Coletta Youngers, experta en el tema de la no gubernamental Oficina en  Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola, por sus siglas en  inglés). 
 "El gobierno estadounidense ha dado asistencia técnica, económica y  de inteligencia a programas militares y de aplicación de la ley para  enfrentar el narcotráfico.  Pero cada vez es más claro que estos  programas han sido un fracaso total", planteó la investigadora.  
 La producción regional de adormidera y heroína habrían caído la  última década, pero la de coca y cocaína sigue estable y alta. Aparte de  su fracaso práctico, la política impuesta por Washington ha ocasionado  en la región "mucho daño colateral", lo que impulsa a gobiernos de la  región "a cuestionar y buscar alternativas", dijo Youngers. 
 Pizarro aseguró que este tipo de análisis estarán presentes en la  reunión. "Se escucharán todas las voces porque ese es el propósito:  evaluar, intercambiar opiniones y aprobar acuerdos", precisó. 
 Según la ONUDD, de las 158.800 hectáreas de cultivos de hoja de coca  existentes, 43 por ciento están en Colombia, 38 por ciento en Perú y 19  por ciento en Bolivia.  
 La ayuda militar y policial de Estados Unidos se concentra en  Colombia, un hecho que el presidente peruano, Alan García, subrayó en  una entrevista reciente a un medio estadounidense, en que se mostró a  favor de recibir apoyo de Washington.  
 "No hago cuestión de soberanías y patriotismos. Si los  estadounidenses quisieran poner tropas de entrenamiento, helicópteros y  satélites, en buena hora", dijo García. "Estamos luchando contra un  flagelo universal. Es como perseguir a un dictador sin fronteras o a un  depredador de los bienes públicos o a un asesino sin fronteras", añadió. 
 Para Soberón, por el contrario, la caída en la cooperación de Estados  Unidos y Europa para combatir el narcotráfico es una oportunidad "para  revisar a profundidad nuestras obligaciones y nuestras políticas". 
 Ellas deben "pasar a responder a nuestras prioridades y no a las de  Washington o Bruselas", sede de la Unión Europea, apuntó Soberón. 
 Youngers considera que la demanda de García de respaldo de Washington  contradice la tendencia regional a buscar soluciones fuera de la sombra  de Washington y esa realidad debe incidir en la agenda de la Honlea. 
 "Hay países que siguen dependiendo de Washington para definir y  financiar sus programas de control de drogas, como Perú. Sin embargo, la  tendencia regional es buscar alianzas regionales y más independencia de  Washington", expresó. 
 "Por primera vez hay debate en la región sobre alternativas.  Hay  países discutiendo cambios en sus leyes de drogas, como Argentina y  Ecuador.  Bolivia adoptó una nueve política hacia la coca que ha tenido  más éxito en controlar los cultivos, que la erradicación forzosa",  explicó la experta. 
 "En muchos sentidos, América Latina está mucho más avanzada que  Estados Unidos en buscar políticas de drogas menos dañinas, más humanas y  más eficaces", concluyó. 
 Soberón sumó otro elemento. "Nuestra prioridad son los 60.000  campesinos y sus familias dedicados al cultivo de hoja de coca, y no los  dictados de Washington", dijo.(FIN/2010)


 
						


