La guerra global contra las drogas ha fracasado

Fundación Beckley
Lunes, 21 de noviembre, 2011

beckley-public-letterPara conmemorar el 50 aniversario de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, la Fundación Beckley publicó una carta pública para pedir un nuevo enfoque en la política de drogas. Firmado por un grupo de 60 pensadores, premios Nobel y celebridades como Sting, Yoko Ono, y siete ex presidentes, la carta pide a los miembros del público y del Parlamento de reconocer que "el mejoramiento de nuestras políticas de drogas es uno de los desafíos clave de nuestro tiempo. "

Los que suscribimos la presente convocamos a los miembros del público y del Parlamento a admitir que:

Cincuenta años después de que fuera lanzada la Convención Única sobre Estupefacientes de las Naciones Unidas en 1961, la guerra global contra las drogas ha fracasado, y ha tenido numerosas consecuencias involuntarias y devastadoras a nivel mundial.

El uso de los estupefacientes controlados más importantes ha aumentado, y su suministro es más barato, más puro y más accesible que nunca. De forma conservadora, las Naciones Unidas estiman que hoy en día hay 250 millones de consumidores de drogas en el mundo.

Las drogas ilícitas constituyen actualmente la tercera industria más rentable del mundo, después de la industria alimenticia y el petróleo, con un valor estimado en $450 billones anuales, completamente bajo el control de criminales.

La lucha contra las drogas le cuesta al contribuyente mundial incalculables billones por año. Se estima que hay aproximadamente 10 millones de personas en prisión a nivel mundial por delitos relacionados con estupefacientes, por lo general “peces pequeños” – consumidores y traficantes menores.

La corrupción entre aquéllos encargados de velar por el cumplimiento de la ley y los políticos, especialmente en los países productores y de tránsito, se ha extendido como nunca, poniendo en peligro la democracia y la sociedad civil.

La estabilidad, seguridad y desarrollo se ven amenazados por las consecuencias de la lucha contra las drogas; y lo mismo sucede con los derechos humanos. Decenas de miles de personas mueren en la guerra contra las drogas cada año.

El mundo libre de drogas que los partidarios de la guerra a las drogas predicaban con tanta confianza está hoy más que nunca fuera de nuestro alcance. Las políticas de prohibición crean más daños de los que previenen. Necesitamos considerar seriamente un desplazamiento de recursos, un movimiento que se aleje de la criminalización de decenas de millones de personas que son, de otro modo, ciudadanos respetuosos de las leyes, y se dirija a un enfoque basado en la salud, la reducción de daños, la rentabilidad y el respeto por los derechos humanos. La evidencia muestra sistemáticamente que estas propuestas basadas en la salud producen mejores resultados que aquéllas basadas en la criminalización.

El mejoramiento de nuestras políticas de drogas es uno de los desafíos clave de nuestro tiempo.

Es tiempo de que los líderes mundiales evalúen de manera fundamental las estrategias con las que han respondido al fenómeno de las drogas. Esto es lo que ha hecho con valentía la Comisión Global de Políticas de Drogas, liderada por cuatro ex-presidentes, por Kofi Annan y otros líderes mundiales, con su innovador Informe, presentado por primera vez en Nueva York en junio, y actualmente en la Casa de los Lores el 17 de noviembre.

La Convención Única sobre Estupefacientes de las Naciones Unidas de 1961 yace en la raíz de las políticas actuales. Es hora de reevaluar este tratado. Un documento titulado “Reescribiendo las Convenciones de Drogas de las Naciones Unidas” ha sido comisionado recientemente con el fin de mostrar de qué manera podrían hacerse enmiendas que otorgaran a países individuales la libertad de evaluar las políticas de drogas que mejor se adecúen a sus necesidades internas, en lugar de pretender imponer la actual solución de tipo “talla única”.

Ya que no podemos erradicar la producción, demanda o uso de drogas, debemos encontrar nuevas maneras de minimizar los daños. Es necesario que apoyemos a nuestros gobiernos para que estudien nuevas políticas basadas en evidencia científica.

Rompamos el tabú del debate y la reforma. Éste es el momento de actuar.

Atentamente,

La carta con una lista completa de los firmantes se encuentran en el sitio web recientemente lanzado de la Iniciativa Global por la Reforma de Políticas de Drogas de la Fundación Beckley en: http://reformdrugpolicy.com/partner/public-letter/