Cuando San Francisco se convirtió en la primera gran urbe de EE.UU. en decretar una orden de confinamiento por COVID-19, en un primer momento cerró los dispensarios de marihuana. Apenas unas horas más tarde rectificó. El cannabis resultaba esencial y los dispensarios podían seguir abiertos. Esta misma guía ha sido adoptada por Los Ángeles, Nueva York, los estados de Illinois y Colorado, y tantas otras Administraciones del país que han impuesto restricciones al comercio para hacer frente a la pandemia: los dispensarios de marihuana, como los supermercados y las farmacias, deben seguir abiertos.