Marco Perduca y Donatella Poretti, senadores del Partido Radical, han preguntado al subsecretario italiano para asuntos sobre estupefacientes, Carlo Giovanardi, si es cierto que Italia ha abandonado la posición común de la Unión Europea sobre reducción de los daños en las negociaciones para la declaración política del segmento de alto nivel del 52º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) en Viena. Ambos senadores han pedido al subsecretario que explique por qué ha sucedido tal cosa.
En las pasadas semanas, la UE ha intentado incluir enfoques para la reducción de daños en la declaración política, pero la iniciativa ha provocado un punto muerto en las negociaciones. Al parecer, Italia ha roto ahora filas con el resto de la Unión.Según la página web del Partido Radical, Perduca y Poretti cuestionan la actual postura del Gobierno italiano:
“Según noticias oficiosas sobre las negociaciones a puerta cerrada para la preparación del 52º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, la delegación italiana se opone a la toma de una posición consensuada de la Unión Europea relativa a las llamadas políticas de reducción del daño. Ese veto no sólo acabaría con los años de trabajo en el seno de la Unión Europea para intentar fusionar distintos enfoques y experiencias, sino que debilitaría enormemente la credibilidad de la Unión en el seno de las Naciones Unidas en materia de cura de las toxicomanías.”Perduca y Poretti se preguntan si:
“tales posibilidades reflejan la actual postura mantenida por la delegación italiana durante las negociacionesAmbos senadores creen que no conviene bloquear el enfoque basado en las mejores prácticas ampliamente documentadas en otros Estados miembro de la UE.
y si se confirman, cuáles serían las contrapropuestas presentadas por la delegación italiana y los argumentos científicos sobre los que se apoyarían”.
Mientras tanto, la delegación estadounidense que participa en las negociaciones de la declaración política ha emitido una declaración pública sobre la postura de los Estados Unidos. Así, aunque afirma apoyar el intercambio de jeringuillas y el “acceso a tratamientos con fármacos” (es decir, tratamiento de sustitución con opiáceos), sigue refiriéndose al término “reducción del daño” como ambiguo. Según la declaración, la reducción del daño “según algunas interpretaciones, incluye prácticas que los Estados Unidos no desean respaldar o ven incluidas en documentos de la UNGASS, no en la declaración política ni en el plan de acción”.
Ahora que Italia ha roto filas con la UE, los intentos por conseguir que los enfoques de reducción del daño se acepten en la CND se ven gravemente debilitados. Otros organismos de la ONU ya reconocen el notable conjunto de pruebas sólidas y consistentes sobre la eficacia de los enfoques de reducción del daño.A pesar de las intervenciones de otras agencias internacionales –como las de Michel Sidibé, de ONUSIDA y Michel Kazatchkine, del Fondo Global de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria– a favor de las prácticas de reducción del daño, algunas delegaciones –entre las que cabría destacar los Estados Unidos, la Federación Rusa y Japón– se siguen oponiendo a esta idea por motivos ideológicos en lugar de aceptar las evidencias que demuestran su eficacia.