Mendia aclara que sólo se pretende regular el consumo en los 'clubes de cannabis'

El Gobierno vasco se vio ayer forzado a aclarar sus intenciones sobre la regulación del cultivo de cannabis. La portavoz del Ejecutivo, Idoia Mendia, y el propio Departamento de Sanidad, cada uno por su lado, se esforzaron en explicar de manera precisa lo que los máximos responsables de la gestión sanitaria en Euskadi quisieron decir y no dijeron el día anterior. La ley de Adicciones que prepara el Ejecutivo busca regular la venta, el consumo y el cultivo de marihuana en el entorno exclusivo de las asociaciones de consumidores legalizadas en Euskadi -la única comunidad autónoma que cuenta con un registro al respecto-, que son más de 40. No se trata de una norma que vaya a permitir cultivar droga en pequeñas cantidades a todos los ciudadanos, sino de trabajar de manera conjunta con las organizaciones de usuarios para lograr un control más riguroso sobre los distintos usos sociales de esta sustancia.

El revuelo provocado ayer por las declaraciones del consejero y el viceconsejero de Sanidad obligó a intervenir hasta a la misma delegada del Gobierno en funciones para el Plan Nacional sobre Drogas, Nuria Espí, quien insistió en el mismo mensaje que la portavoz del Ejecutivo autónomo. «Sólo se está planteando» establecer una regulación «exhaustiva» para los clubes de consumo de cannabis que se encuentren debidamente inscritos en el Registro de Asociaciones. «En ningún caso se trata de liberalizar su consumo o cultivo a gran escala».

Por partes. El primer acto, el que desató la polémica, tuvo lugar a media mañana del lunes, cuando el Departamento de Sanidad presentó su Plan de Adicciones para el cuatrienio 2011-2015. Al mismo tiempo que se anunciaban nuevas medidas antitabaco, la consejería anunció que trabajaba en la redacción de una ley que llegará al Parlamento «en los primeros meses del año» y que regulará la plantación y consumo de marihuana. No se habló de que sería algo dirigido exclusivamente a las asociaciones de usuarios. El viceconsejero de Sanidad, Jesús María Fernández, abogó por «dejar un cierto espacio a la autonomía personal», siempre y cuando se garantizara a los ciudadanos una información completa sobre las consecuencias de los consumos y un «respeto absoluto» a la salud de las personas.

Evitar las adicciones

Como el plan fue llevado ayer al Consejo del Gobierno vasco, su portavoz, Idoia Mendia, tuvo que mediar en la polémica para aclarar la situación. Recordó que el Ejecutivo autonómo carece de competencias para legalizar el cannabis en Euskadi. Su tráfico está prohibido por el Código Penal, así como la plantación «con ánimo de difundir drogas tóxicas, estupefacientes o psicotrópicas entre terceras personas». Lo que la Sanidad vasca quiere, detalló Mendia, es estudiar la legislación vigente y consensuar con las asociaciones de usuarios «cómo se puede regular mejor el consumo, la venta y el cultivo del cannabis».

El objetivo de una medida así sería «evitar las adicciones». Si el Gobierno vasco logra sacar adelante una ley que, por ejemplo, permita conocer la cantidad de marihuana que manejan las asociaciones y el uso que hacen de ella, el control institucional sobre esta sustancia será mayor y, en consecuencia, los daños para la salud pública, menores. Lo dijo Idoia Mendia. La idea es mejorar la actual regulación en lo que sea competencia autonómica, en colaboración con los colectivos de usuarios, para no aumentar el número de drogodependientes.

En la misma línea se expresó el Departamento de Sanidad en un comunicado difundido por la tarde. La ley, explicó, pretende «aportar seguridad jurídica» a las actividades de las asociaciones. Además, la norma buscará «evitar el tráfico ilícito, la protección de los menores, la prevención de la salud y dar un soporte normativo al autoconsumo y autocultivo de una forma responsable».