Expertos. Coinciden en que la droga es cada vez mayor y que en América Latina es "incontenible"

"Política represiva de lucha contra el narcotráfico fracasó" en el mundo

Además de Romani hicieron uso de la palabra el holandés Martín Jelsma, coordinador del Programa Drogas y Democracia de TNI, el investigador brasileño Pedro Viera Abramovay, ex secretario de Justicia, y la estadounidense Coletta Youngers, asesora principal al programa de WOLA sobre políticas de drogas.

El objetivo de esta iniciativa es la reflexión y debate sobre políticas de drogas, en un momento que se discuten alternativas al paradigma hegemónico. En particular, retos para las reformas de legislación y prácticas en política de drogas, microtráfico y proporcionalidad de las penas, reforma a las convenciones y los dilemas en torno a las políticas dirigidas al mercado de marihuana.

Esta conferencia se desarrolló en el marco de la séptima reunión de Diálogos Informales sobre Políticas de Drogas, organizada por WOLA y TNI, que se lleva a cabo con el auspicio de la Junta Nacional de Drogas (JND) con la participación de expertos internacionales de más 14 países de América y Europa y las agencias participantes.

Milton Romani dijo a LA REPUBLICA que se estaba aprovechando la presencia de importantes personalidades que realizan por segunda vez lo que ellos llaman el «diálogo informal en política de drogas» para que se conozcan las distintas voces y distintas miradas en un tema muy acuciante. Romani destacó que Coletta Youngers cumplió un papel muy importante en la lucha contra la dictadura uruguaya.

«Se pretende incorporar insumos a un debate que ya está instalado en el mundo pero que en Uruguay, recién ahora se logró crear una comisión sobre adicciones en el Parlamento, lo cual es un gran avance, pero el tema es tan complejo y tiene tantas aristas que merece ser abordado sin ningún tipo de prejuicios», dijo Romani.

Señaló que hay posiciones que hablan de liberar todas las drogas, con fundamentos. Incluso indicó que el Cr. Enrique Iglesias apoyó, en algún momento, esa posición y hay que escucharla. «Hace poco una declaración de ex presidentes como el colombiano Gaviria, el brasileño Fernando Henrique Cardoso y otras personalidades abogaron por trascender el paradigma de la guerra contra las drogas. Hay una dimensión geopolítica del problema de las drogas que no tiene en cuenta que la militarización, la presencia de bases militares y el enfoque bélico para el problema realmente no resuelve los problemas, sino que causa más daños a la población civil y se vulneran derechos humanos, con lo cual el tema se vuelve mucho más complicado», subrayó el secretario general de la JND.

«Los presidentes de la Unasur, en la última cumbre de Bariloche, cuestionaron la instalación de bases norteamericanas en Colombia, con el argumento de la lucha contra el narcotráfico, los brasileños están cuidando el espacio amazónico y en México, donde la violencia ha escalado, tenemos no solamente el problema de la cocaína que va para el norte, sino también el aprovisionamiento de armas de los narcotraficantes», aseveró Romani. Aseguró que «hay que destruir algunos mitos», además de «abrir el debate y hacer muchas cosas». Señaló que el problema de las drogas en el Uruguay no apareció con la pasta base sino también con el lavado de dinero. «Nadie se acuerda que en el año 1994, en Uruguay se detuvo al argentino Raúl Vivas, condenado en EEUU a 505 años de prisión «y digo esto porque aquellos polvos trajeron estos lodos. En la Operación Campanita se descubre una organización de lavado de dinero que también había comenzado a traer unos 300 kilos de cocaína», expresó Romani. Agregó que las Sociedades Anónimas Financieras de Inversión (Safis) eran las privilegiadas en un paraíso de inversión para el lavado del Cártel de Juárez y los cárteles mexicanos.

Uruguay va a ir a la reunión sobre drogas en Viena, Austria, este año para defender a Bolivia porque hay un consenso mundial, que es una visión fuerte y hegemónica, que nuestro país critica según la cual se pretende que la masticación de la hoja de coca sea un hecho ilícito, porque cuando se hizo la convención de 1961, se permitió que durante 25 años, los bolivianos y los peruanos, podían hacerlo, pero pasado ese lapso pasaba a ser un ilícito, dijo Romani. Resaltó que cuando uno llega a un hotel en Bolivia lo primero que se le ofrece es un té de coca contra el apunamiento y los efectos de la altura.

«Solo quieren joder a los bolivianos por otros motivos», destacó el secretario general de la JND. Bolivia ha presentado una enmienda para eliminar esto de la Convención y ya se presentaron unos cuantos países en la oposición.

El holandés Martín Jelsma, coordinador del Programa Drogas y Democracia de TNI, planteó que estamos cerca del inicio de una nueva etapa «que plantea algunas esperanzas para el proceso de cambio que estamos apoyando», luego de la escalada represiva del sistema hacia una «guerra contra las drogas» desde los años 80 y 90 que terminaron por romper el «consenso de Viena», donde las agencias de control de drogas de las Naciones Unidas tienen su sede. Las «grietas que quedaron de esa política están acercándonos a una ruptura más de fondo», dijo Jelsma.

El investigador brasileño Pedro Viera Abramovay, ex secretario de Justicia, coincidió con Martín Jelsma en la visión de un momento de cambio mundial en el combate a las drogas en el 50ª aniversario de la Convención de Viena. Agregó que hay un consenso, que existe un mecanismo que no va a producir los efectos deseados ya que en 1988 el tema principal era «crear un mundo sin drogas, un mundo libre de drogas en diez años» y «el resultado fue completamente contrario». Consideró que estamos en un sistema legal internacional que se ha construido con un objetivo que ha fracasado. Destacó la «hipocresía generalizada» que existe debido a que el consumo no va a bajar por la penalización.

La estadounidense Coletta Youngers, asesora principal al programa de WOLA sobre políticas de drogas, afirmó que «la política represiva de lucha contra el narcotráfico seguida durante cuarenta años fue un fracaso. En Estados Unidos la cantidad de estupefacientes es más grande que antes y la producción en América Latina sigue incontenible. Reconoció el rol que ha jugado la JND en Uruguay no solo en políticas más humanas y eficaces, sino en promover una política de reducción de daños y de justicia muy importante.

La analista de política exterior de los EEUU en América Latina indicó luego que la lucha contra las drogas seguida por los gobiernos latinoamericanos se limita al encarcelamiento de mucha gente ubicada en la parte más baja de la cadena criminal, como son los pequeños vendedores.

Reconoció que el presidente Obama cumplió con ciertas promesas que hizo durante la campaña electoral sobre el combate a las drogas pero, sin embargo, señaló que las políticas actuales de Washington han fracasado.

Ironizó que «el gobierno de EEUU ha alcanzado algo fantástico porque estamos incautando más cocaína que la que se produce», subrayando lo absurdo del debate de los últimos años, según manifestó Coletta Youngers.

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