Los desafíos de legalizar la marihuana en EE.UU.

Menú con una imagen de marihuana en Denver
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Las enmiendas dejan a los consumidores contentos, pero para las autoridades deja algunos dilemas.

Ni la de Barack Obama, ni la de Mitt Romney. La boleta que recibió más votos a favor en las elecciones de Estados Unidos en el estado de Colorado fue la que se refería a la posibilidad de aprobar el consumo recreativo de la marihuana.

Un 55% de los electores se mostraron favorables a la enmienda. Así, en ese estado -donde el 51% de la población apoyó al reelegido presidente Obama y el 47% al opositor Romney-, se permitirá a los mayores de 21 años portar hasta 28 gramos de marihuana y cultivar hasta seis plantas en sus casas.

Y no fue el único estado que le dijo sí al consumo lúdico del cannabis. En el norteño estado de Washington se aprobó una enmienda similar, también con el 55% de los votos, en los comicios de la semana pasada.

En ambos estados además de permitir el consumo personal de la marihuana, se creará un sistema de licencias oficiales para producirla, procesarla y venderla.

Pero, ¿cómo será la entrada en vigor de las enmiendas en un país en el que las leyes federales indican que la marihuana es una droga ilegal?

¿Enfrentamiento del gobierno federal y estatal?

Pese a que por el momento la agencia antinarcóticos de EE.UU. no se ha pronunciado oficialmente al respecto, el subsecretario de Justicia de EE.UU., James Cole, le dijo al programa de televisión 60 minutes de CBS que se estudiará cada caso individualmente y recordó que el consumo de marihuana "todavía se considera una violación" de la ley federal.

"No estamos interesados en molestar a la gente que está enferma y que la usa por recomendación médica. Nos preocupa la gente que la usa como pretexto para convertirse en traficante a mayor escala", explicó.

Ethan Nadelmann, director de la ONG a favor de la legalización del cannabis Drug Policy Alliance reconoce que, pese a que esas dos enmiendas de Colorado y Washington van a presentar una "nueva oportunidad" en la relación de Estados Unidos con la marihuana, también serán un desafío para el gobierno federal.

"La parte más dramática de las iniciativas que autoriza a los gobiernos estatales a establecer un sistema regulatorio similar al alcohol no entrará en vigor hasta julio en Colorado y hasta diciembre del próximo año en Washington", le explicó a BBC Mundo.

Y eso, a su juicio, significa que el gobierno federal no tiene que tomar ninguna decisión rápida al respecto y que las autoridades tendrán tiempo para decidir cuál será la mejor manera de implementarlas.

El vicepresidente de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes de la Marihuana (NORML), Paul Armentano, agrega en declaraciones a BBC Mundo que en ambos casos la ley contempla un "periodo de gracia" de un año para que los legisladores estatales creen una regulación sobre cómo van a implementar la comercialización y los impuestos de la marihuana.

Por eso, no cree que se produzca ninguna interferencia significativa en los estados, al menos hasta que se conozca cómo se va a llevar a cabo la producción y comercialización.

"El gobierno federal todavía puede perseguir y arrestar a quienes poseen y consumen marihuana, pero es poco probable que lo haga. Ahora no lo hacen porque no tienen los recursos económicos, ni humanos, tampoco (tienen) voluntad política y con seguridad no tienen la demanda del público", sostiene.

Colorado y Washington, laboratorios

Jóvenes fuman marihuana en una manifestación en Colorado
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En las elecciones de la semana pasada, Oregón rechazó una enmieda similar.

Lo que parece cierto es que decisión de los votantes de esos dos estados convierte a Colorado y Washington en una especie de laboratorio en el que se comprobará cuáles son los efectos de legalizar el cannabis.

"El cielo no se va a caer en Colorado y Washington, no se va a ver un incremento significativo en los accidentes en las carreteras ni en el uso de marihuana por los jóvenes. Se va a pasar de perseguir a quienes consumen y venden pequeñas cantidades de marihuana a perseguir otros crímenes más serios", sostiene el vicepresidente de NORML, una organización sin fines de lucro.

Por eso, ambos analistas coinciden en que el funcionamiento de estas leyes será de cierta forma una inspiración para otros estados que se planteen hacer algo similar.

"Creo que si se les permite a Washington y a Colorado implementar la ley de manera responsable y si el gobierno federal no la bloquea, el apoyo público va a seguir creciendo", apunta Armentano.

El hecho de que estas iniciativas ganaran en las urnas la semana pasada refleja un cambio de actitud en la población estadounidense hacia el cannabis que también han reflejado encuestas como la de Gallup que desde hace 40 años les pregunta a los estadounidenses si apoyan la legalización de la marihuana.

"En 2006, el 36% dijo que sí -la cifra más alta de la historia-y el 60% que no. El año pasado 50% a favor y 46% en contra. Es una transformación considerable", sostiene el director de Drug Policy Alliance.

Lucha contra las drogas

Pero no sólo los estadounidenses estarán pendientes de cómo se implementa la norma que acaban de aprobar los residentes de Colorado y Washington. En el exterior también se seguirá de cerca y especialmente en los países de la región más afectados por la guerra contra las drogas.

"Algunos presidentes como el de Guatemala que han llamado a un nuevo debate sobre las drogas, sé que se inspirarán con lo que pase en Colorado", apunta Ethan Nadelmann.

Esta misma semana, los Gobiernos de México, Costa Rica, Honduras y Belice alertaron sobre el posible impacto que puede causar la legalización del consumo de marihuana sin referirse explícitamente a EE.UU.

A juicio de Nadelmann, los niveles de crimen, violencia y el mercado de drogas en México y América Latina son uno de los "resultados principales de una política de drogas fallidas exportada" por el gobierno de EE.UU. al resto del mundo, por lo que cree que iniciativas como las de Colorado y Washington serán positivas.