Para la fiscalía antidroga no parece ser suficiente que la asociación de usuarios de cannabis Pannagh, clausurada en 2011, estuviera constituida y registrada con todas las de la ley, que cumpliera religiosamente con sus obligaciones con el fisco y con la Seguridad Social, o que su ocupación fuera de dominio público durante los ocho años que permaneció operativa. Ni siquiera que todas las causas anteriores en su contra fueran desestimadas o archivadas en resoluciones judiciales firmes. (Véase también: Free Pannagh y Martin Barriuso: 'Nosotros creíamos actuar dentro de la legalidad')