En España, un grupo de expertos en drogas ha creado el GEPCA, un grupo que propone una regulación integral del cannabis. Este modelo cuente ya con el apoyo de gran parte del movimiento cannábico español y está llamado a hacer historia. Conoce los detalles de la propuesta. El GEPCA es un grupo de expertos que nació en 2014 con la misión de hacer una propuesta de regulación del cannabis en España. El 20 de junio presentaron su modelo, que pretende conjugar los derechos de las personas usuarias y de las no usuarias, protegiendo a los sectores más vulnerables y promoviendo la reducción de los riesgos relacionados con el consumo. En este artículo explicamos quiénes son y qué dicen en esa histórica proposición.
El Grupo de Estudio de Políticas sobre el Cannabis (GEPCA) nació en el Diálogo Informal sobre Políticas del Cannabis, un encuentro de expertos y sociedad civil organizado en 2014 por el think-tank holandés Transnational Institute (TNI) y la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC). Una de las conclusiones del encuentro fue que, para desatascar el debate sobre la regulación del cannabis, sería conveniente disponer de un documento técnico, multidisciplinar e independiente, que sirviera como base para proceso de regulación del cannabis con garantías de éxito.
Diecisiete expertos de prestigio, especialistas en disciplinas relacionadas con las políticas de drogas, aceptaron el reto. De ellos, doce han seguido adelante con los trabajos (sin cobrar ni un solo euro) durante dos años y medio, hasta conseguir elaborar un documento que, sin duda, hará historia: Un libro titulado “El cannabis, de los márgenes a la normalización”. En él, especialistas en diversas materias analizan la historia de las políticas de control del cannabis en España, sus impactos en la salud, en la justicia y los delitos, la percepción social del cannabis, los modelos de regulación de otros países, etc. Tras este inédito esfuerzo de análisis, los miembros del GEPCA proponen un completo modelo de regulación diseñado específicamente para la España de hoy. En él se pretende “ordenar la producción, venta y consumo de cannabis a través de la educación y el control social, administrativo y fiscal”.
La propuesta completa puede descargarse (de momento, solo en español) en la web https://gepca.es. Pronto habrá disponible un resumen ejecutivo en inglés. También se puede encontrar (y firmar) el manifiesto que se ha elaborado para apoyar la propuesta, al que ya se han adherido destacadas personalidades y grupos relacionados con las políticas sociales y de drogas en España.
El GEPCA justifica la necesidad de su propuesta en tres razones:
Los miembros del GEPCA apuestan por que los modelos de regulación no partan de un vacío histórico, sino que se basen en la realidad cultural y política del país o región donde pretenden implantarse. Por eso, a la hora de regular el cannabis en España creen que debe tomarse en cuenta:
El modelo propuesto por el GEPCA trata de conciliar la defensa de los derechos y libertades de las personas consumidoras potenciales con la protección de la seguridad colectiva y, ante todo, de los grupos más vulnerables. Para ello, propone tres vías complementarias de acceso al cannabis, limitadas a mayores de edad con plena capacidad: Un mercado regulado, asociaciones de personas usuarias, y autocultivo.
El mercado regulado se concibe como la vía de acceso para el gran público. Basado en un sistema de licencias en el que no se podrá ser productor y vendedor a la vez, se crea un sistema de control estricto, con prohibición de publicidad fuera de los puntos de venta y con toda una serie de garantías en materia de información, etiquetaje, etc.
Las asociaciones son la segunda vía de acceso, una opción que lleva años de arraigo en España y que ha demostrado ser eficaz a la hora de reducir los riesgos asociados al consumo. En esta propuesta se contemplan dos tipos de asociaciones, de entre 3 y 50 socios, con un control menor, y las de entre 50 y 500 miembros, donde las exigencias de control son mayores debido a su tamaño.
En cuanto al autocultivo, no se requeriría ningún permiso ni registro, hasta un máximo de cinco personas residentes en el mismo domicilio. Cada persona podría cultivar hasta seis plantas hembra en exterior y dos metros cuadrados en interior.
El GEPCA considera que el límite máximo para el acopio y tenencia debe estar en el equivalente a diez gramos de consumo al día. A partir de ahí, calculan la tenencia máxima en la vía pública en 100 gramos. En casa se podrían almacenar hasta 300 gramos, excepto los autocultivadores, que podrán hacer acopio para todo el año. También se propone limitar la cantidad máxima por transacción en 25 gramos y el nivel máximo de THC en el 60%.
Además de lo anterior, el GEPCA propone toda una serie de medidas acerca del consumo en el ámbito laboral, conducción y cannabis, impuestos, educación, etc. También se hace una lista de leyes que deben modificarse para hacer posible la nueva regulación y se plantea la necesidad de la evaluación permanente de los efectos de la regulación. Al final hay anexos sobre aspectos técnicos del cultivo, cannabinoides sintéticos, extracciones con gas, etc. Es decir, el modelo no se limita a elaborar un esquema, sino que desarrolla el modelo en todos los extremos, lo que la convierte en la propuesta de regulación más elaborada que ha habido hasta ahora en España.
Sin duda, esta propuesta va a marcar un antes y un después en las políticas del cannabis en España. Por un lado, se trata de la propuesta más seria y profunda hasta la fecha, dado que se basa en una serie de estudios sobre los efectos de la prohibición que nadie en España se había molestado en hacer antes. Por otra parte, no hay duda de que el gran prestigio profesional y científico de los miembros del GEPCA va a ayudar a que la propuesta tenga un gran impacto. No olvidemos que, junto a históricos del antiprohibicionismo, tenemos a figuras como Eusebio Megías o Teresa Laespada, cuya trayectoria había estado más vinculada a las políticas oficiales y que ahora, a la vista de las evidencias, han evolucionado hasta reconocer que lo mejor para todo el mundo es una regulación clara y estricta. También es importante el apoyo de algunas de las principales ONGs españolas que trabajan en el ámbito de las drogas.
En los próximos meses, el GEPCA va a continuar con su labor de difusión de la propuesta, que será presentada a todos los partidos políticos presentes en el parlamento. Algunos de ellos ya han anunciado su buena disposición a debatirla e, incluso, apoyarla directamente. Está claro que el cannabis ha entrado en la agenda política en España y que lo ha hecho para quedarse.
“El objetivo del control social del cannabis no ha de ser impedir su consumo sino conseguir formas de gestión de la sustancia que minimicen los daños potenciales.”
“Lejos de que la regulación aumente los riesgos, nada hay más peligroso que un mercado descontrolado, como es el mercado ilegal”
“Nunca ha existido, ni razonablemente puede pensarse que exista en el futuro, una sociedad sin drogas. Las drogas procuran algunos beneficios a quienes las consumen y seguirán siendo objeto de demanda, por más que su consumo en determinadas circunstancias pueda resultar perjudicial para la salud individual y tener repercusiones negativas en lo colectivo”
“Aunque una sociedad madura tiene que aspirar al autocontrol, la madurez no niega los límites de ese autocontrol, y por eso no puede renunciarse a normas y mecanismos protectores, siempre que estén sustentados desde la perspectiva ética y de los derechos humanos, sean justos y razonables, y respondan a una progresión armónica en relación con las amenazas y la importancia del riesgo y del bien a defender.”
“Frente a la tendencia a la prohibición radical y la penalización, existen muy diversas y graduales medidas posibles: la educación, la disuasión, el control social y ritual, el control fiscal, el control y la coerción de carácter administrativo; incluso la sanción penal de determinadas conductas”
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