La regulación del cannabis podría salvar el déficit holandés

Miércoles, 14 de abril, 2010

Con la despenalización del cannabis en los Países Bajos y la regulación de la "puerta trasera" de los coffee-shops, así como del cultivo de cannabis, se podrían ahorrar 160 millones de euros en gastos destinados a la policía y el sistema de justicia penal. Además de aportar 260 millones de euros por ingresos fiscales.

En septiembre de 2010, el Gobierno holandés creó 20 grupos de trabajo formados por funcionarios para discutir medidas severas que vuelvan a poner bajo control el presupuesto del país. Su propósito era estudiar si reduciendo el gasto anual en 30 mil millones, el déficit del presupuesto estatal sería menor. El día uno de abril los resultados salieron a la luz.

Uno de los grupos se centró en estudiar la despenalización del cannabis y la regulación de la "puerta trasera" de los coffee-shops, así como del cultivo de esta planta. Con esta medida se podrían ahorrar 160 millones en gastos destinados a la policía y al sistema de justicial penal, y, a la vez, obtener un beneficio de 260 millones de euros gracias a impuestos adicionales (IVA e impuestos sobre bienes y servicios específicos).

Aun así, los grupos de trabajo advierten que la regulación del suministro de cannabis será un tema polémico debido a lo que está estipulado en el Acuerdo de Schengen y la convención sobre drogas de la ONU.

En los Países Bajos está permitido vender cannabis bajo ciertas condiciones en lugares llamados coffee-shops. Sin embargo, el cultivo a gran escala y la compra al por mayor son actividades ilegales. Debido a una anomalía en el sistema, el cannabis puede "salir" del coffee-shop por la puerta delantera (en cantidades menores a cinco gramos por persona), pero no está permitido que "llegue" por la puerta trasera; conocido como el "problema de la puerta trasera".

Según unas estimaciones conservadoras del programa de televisión Reporter en 2008, el Gobierno holandés ya está ganando unos 400 millones de euros al año a través de los impuestos de sociedades sobre los más de 700 coffee-shops que venden cannabis en el país. En aquel entonces, el Ministro de Economía holandés declaró que desconocía la cantidad que los coffee-shops pagaban de impuestos. De acuerdo con el programa, inspectores de impuestos comentaron que "en La Haya no quieren saber de esto porque es un tema demasiado controvertido en el ámbito político".

Mientras tanto, el dueño del coffee-shop suministrador de cannabis más grande de los Países Bajos ha sido inculpado de dirigir una organización criminal que compraba grandes cantidades de cannabis, las procesaba y almacenaba. Además, el establecimiento contaba de forma habitual en su local con cantidades superiores a los 500 gramos permitidos legalmente

El tribunal demostró que el municipio, la policía y el Ministerio Fiscal habían facilitado las operaciones. Las autoridades tributarias sabían que se estaban almacenando grandes cantidades y las empresas de trabajo informaron a personas sin empleo sobre la posibilidad de solicitar empleo en el coffee-shop.

Sin embargo, y a pesar de esta complicidad a gran escala que mantenía con las autoridades, el dueño fue declarado culpable. Se dictaminó que tenía que pagar una multa de 28 millones de euros basándose en los beneficios estimados. Cuando sólo estaba pagada un poco más de la mitad de la multa, tanto el dueño con el fiscal anunciaron que recurrirían la sentencia. Este juicio se está viendo como una prueba a la tolerancia de la política holandesa relativa al cannabis

El informe del grupo de trabajo (en holandés) se puede ver en esta dirección: http://www.minfin.nl/dsresource?type=pdf&objectid=minfinbeheer:73763